Antes de que lo mande la escuela como obligación, trata de que el contacto con el libro sea algo más natural.
- Predicando con el ejemplo: Los niños aprenden por imitación y viendo a los adultos leyendo puede alimentar su curiosidad.
- Incluir en sus regalos de navidad o cumpleaños al menos un libro.
- Establecer un momento para compartir una lectura con ellos/as. Basta con leer unos 15 minutos al día.
- Crea un ambiente propicio. Es recomendable adaptar un rinconcito especialmente destinado a la lectura, por ejemplo, en el sofá junto a una lamparita, sobre una manta o incluso algo que ellos mismos elijan.
- Presentar la lectura como una acción divertida y no por obligación.
- Trata de que el niño y la niña participe en la lectura para animarles a prestar atención: hazle preguntas sobre qué le parece cierta parte de la historia o sobre cómo podría haber terminado. Es importante que nos den su opinión respecto a las cuestiones más complejas que involucran a los personajes de las historias, de sus decisiones y sobre cómo deberían actuar en función de propios los valores que le inculcamos en casa.
- Descubre con ellos/ellas el tipo de libros que más les atraen. Es conveniente que, conforme vayan creciendo y avanzando en la lectura, vayan experimentando los diferentes géneros literarios para que tengan una mejor perspectiva de lo que les gusta leer.
Por otra parte, si el pequeño ha comprendido correctamente la lectura podemos recompensarle proponiéndole juegos tras la lectura o hacer que dibuje lo que ha asimilado de la historia.