“El tren pasa mil veces. Eso de empujarte para que te subas porque si no se va, es un invento pelotudo; insano. Una presión innecesaria que te hace pensar que es la única oportunidad que tienes y que si no la apuras , la vas a perder. Todos tenemos oportunidades cada día. Cada minuto y cada segundo. Quizás no sean las mismas y quizás esté bien así. Las oportunidades cambian y uno elige la que más le conviene y no la que le ponen en frente. A veces pienso que la gente no sabe qué hacer con la duda, la indecisión, la angustia o el dolor ajeno. Es como si en el fondo, produjera una molestia. Aprovechen. Es hoy. Llamen,  díganle, dejen que decida, que elijan, que voten cómo y de qué forman quieren vivir.  Dejen que miren , que vean, que pierdan y que ganen. Que construyan sus propias historias y que las reconstruyan cuando lo sientan necesario. El mundo está lleno de profetas con libritos que nunca han leído. Permitan las diferencias, los espacios, los silencios y las incapacidades ajenas”.

LORENA PRONSKY

La llave maestra

La luz de su cuarto me habla de él cuando no está,
me acompaña cuando tengo miedo,
y siempre tengo miedo porque soy valiente;
oye su paso sobre los mosaicos de la entrada
va a su encuentro cuando abre la puerta lentamente
cuando lo espero, y siempre lo espero;
lo mismo es para la luz eléctrica que para la luz del sol,
lo mismo para el sol que la luna o la estrella.
Un tapiz forma la luz complicada
es la vida y siempre la vida.
Si me quedara ciega la vería con mis patas
o tal vez con mi frente cuando llega.
El tapiz no lo forma la luz sino su llegada, el sonido
que cambia de oscuro en claro.
El tablero de la luz tiene varias llaves
pero una gobierna el resto:
se llama la llave maestra.
Del mismo modo el tablero de mi luz
tiene una sola llave que gobierna las otras
la llave que está en sus manos.
Apagaría todas las luces si quisiera
pero yo cierro los ojos para no ver
la oscuridad que podría ser luz
para no herirlo.

SILVINA OCAMPO