“ Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado en la vida”
M. Vargas Llosa
Irakurketaren ikasketa eskolaren helbururik nagusiena eta txikienetarako aurkikunde handien bateko bat da. Gainera, eskola-eremuko irakurketa bihurtzen da tresnan eta ikasketarako beharrezko erremintan. Gure erantzukizunaz kontzienteak gara ikasketa honetan eta beraren sendotzean. Horregatik, Karmeldarren konpromisoaren ondorio bezala, gure berezko IRAKURKETA PLANA diseinatu dugu jarduera desberdinak helburu honekin landuz.
El aprendizaje de la lectura es uno de los principales objetivos de la escuela y uno de los grandes descubrimientos para los más pequeños. Además, la lectura en el ámbito escolar se convierte en instrumento y en herramienta necesaria para el aprendizaje. Somos conscientes de nuestra responsabilidad en este aprendizaje y en la consolidación del mismo. Por ello, como consecuencia del compromiso de Carmelitas SC en el fomento de la lectura, hemos diseñado nuestro propio PLAN LECTOR recogiendo y elaborando diversas actividades con este fin.
Leer es posiblemente el recurso cognitivo por naturaleza, porque no sólo proporciona información sino que forma, creando hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración; además de hacer gozar, entretener y distraer. A través de la lectura se favorece el desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje, se mejora la expresión oral y escrita, haciendo el lenguaje más fluido y ampliando el vocabulario. La lectura mejora las relaciones humanas, enriqueciendo los contactos personales. Facilita la exposición del propio pensamiento y posibilita la capacidad de pensar y de usar la palabra para la construcción del conocimiento.
El proceso lector es una herramienta extraordinaria de trabajo intelectual, ya que pone en acción las funciones mentales agilizando la inteligencia. Por eso tiene relación con el rendimiento escolar. Así mismo, aumenta el bagaje cultural; proporcionando información y conocimientos.
Efectivamente leer amplía los horizontes del individuo permitiéndole ponerse en contacto con lugares, gentes y costumbres lejanas a él en el tiempo o en el espacio y de alguna manera, estimula y satisface la curiosidad intelectual y científica.
Un alumno/a que lee, es potencialmente un adulto con una avanzada capacidad de juicio, de análisis y de espíritu crítico, requisitos fundamentales en un individuo comprometido con una sociedad avanzada, justa y equilibrada.
La lectura exige una participación activa, una actitud dinámica. El lector es protagonista de su propia lectura, nunca un sujeto paciente. El aprendizaje y el desarrollo del hábito lector, potencia la capacidad de observación, de atención y de concentración, habilidades que hoy en día son demandadas al ámbito docente con más énfasis que en épocas anteriores, debido a una sociedad engullida por un profundo avance tecnológico que posibilita, con gran inmediatez, grandes cantidades de información y de recursos al alcance de niños y jóvenes desde edades tempranas. Precisamente, porque tener mayores cantidades de información y poder acceder a ella con más facilidad y rapidez no implica necesariamente estar más informado, es necesario potenciar mediante el hábito lector, la comprensión efectiva, la capacidad de análisis, reflexión y contraste, así como el espíritu crítico y creativo. Comprender un texto requiere interpretar, relacionar, inferir, predecir, opinar … en definitiva, una serien de habilidades cognitivas que desarrollan al individuo y le facilitan los recursos necesarios para formar parte activa de la sociedad a la que pertenece. Por ello, el presente plan, interpreta la habilidad lectora como un proceso en el que el individuo es capaz de abordar el texto desde diversos ámbitos, considerando las vivencias, opiniones y emociones que el texto suscita en el lector mismo, aglutinantes imprescindibles para una sólida comprensión.
Llegados a este punto, debemos preguntarnos si es exclusivamente en la escuela en quien debemos fijar la responsabilidad de facilitar a nuestros jóvenes un adecuado aprendizaje y hábito lector. Efectivamente, aunque se ha delegado en los centros educativos la responsabilidad de enseñar a leer a las nuevas generaciones, tal y como expone Juan Mata, Catedrático de la Universidad de Granada, transmitir a los niños y jóvenes el hábito y el gusto por la lectura, no es responsabilidad exclusiva de ésta.
“Cuando se habla de lectura e infancia, de inmediato se piensa en los profesores. Es a ellos a quienes la sociedad ha encomendado la tarea de enseñar a los niños a leer y escribir, y parece razonable que la responsabilidad del éxito o del fracaso de ese aprendizaje recaiga en ellos. La comunidad en su conjunto no puede asumir todos los aprendizajes que los niños requieren, por lo que delegan esa misión en profesionales especializados. Los docentes constituyen la base de esa tarea.
Sin embargo, leer no es una competencia que sirva sólo para la escuela ni que sólo se adquiera en la escuela. Aprendemos a leer y escribir para participar en el mundo social, y también para el puro disfrute personal. Y ese aprendizaje no lo iniciamos ni lo desarrollamos exclusivamente en la escuela. Fue así en tiempos remotos, cuando las escuelas eran uno de los escasos lugares donde era posible superar el analfabetismo. Pero hoy ya no se puede pensar en esos términos.
Es incongruente pensar, por lo tanto, que el aprendizaje y el ejercicio de la lectura y la escritura están limitados a las aulas”.
Por estas razones, el Plan Lector de Carmelitas Sagrado Corazón de Vitoria-Gasteiz, ha considerado imprescindible la co-responsabilidad de las familias y para este fin, se han diseñado actividades tales como Tertulias dialógicas compartidas ( con la participación de alumnos, padres y profesores) , La mochila viajera, o Lecturas en voz alta. En definitiva, proponer modelos para imitar y admirar, como debemos ser padres y profesores, y proporcionar espacios de aprendizaje comunes, en los que cualquier miembro de la comunidad educativa pueda participar y contribuir a un eficaz desarrollo del plan.
Finalmente, basándonos en los principios de las Comunidades de Aprendizaje, donde “Maestros y estudiantes se apoyan los unos a los otros, y en donde el que es aprendiz puede y debe pasar a ser tutor de otro” (Dr. Gabriel Cámara Cervera) y apoyándonos en los principios del aprendizaje dialógico, que se fundamentan en las aportaciones que desde la pedagogía han hecho Paulo Freire y desde la sociología J. Habermas, el plan lector debe incorporar metodologías y actividades en las que los alumnos se sientan no sólo protagonistas del aprendizaje, desarrollo y disfrute de su propio hábito lector, sino también partícipes de su responsabilidad con otros jóvenes. La lectura tutorizada o apadrinada permite aplicar los principios anteriormente señalados, generando de esta forma, lazos afectivos entre nuestros alumnos y favoreciendo en nuestra escuela, el conocimiento y las relaciones de todos ellos. En definitiva, mediante la lectura compartida, es decir, mediante el aprendizaje dialógico y cooperativo, ayudarnos a conocernos a nosotros mismos y a los demás y de este modo, favorecer la educación del carácter y de la afectividad, despertando buenos sentimientos y gestionando emociones.
La lectura nos enriquece y nos transforma, nos hace gozar y sufrir.
Fdo: Félix Araico Urrutia
Coordinador Plan Lector de Centro.